Es un producto financiero complejo y de difícil comprensión para inversores no especializados.
La peculiaridad de esta hipoteca radica en que los titulares suscriben el préstamo hipotecario, en una divisa diferente al euro y pueden cambiar de moneda para devolver el crédito. Los titulares son los que corren con el riesgo de cambio, derivado de la fluctuación que experimenten las divisas entre las que se realiza la opción en el préstamo (YEN JAPONES, FRANCO SUIZO, LIBRA ESTERLINA INGLESA, DÓLAR USA), además el tipo de interés a aplicar por haber optado por una divisa distinta, es el LIBOR (London InterBank Offered Rate).
En el caso de este tipo de hipotecas concedidas a particulares, en divisas diferentes al euro, las entidades financieras insisten en el factor de los bajos tipos de interés de estas monedas, olvidándose del importante riesgo que supone la depreciación del euro frente a las mismas, y omitiendo el tipo de cambio a plazo Nadie contrata un préstamo hipotecario con un fin especulativo ni en otra moneda distinta a la que recibe sus ingresos.
Aparentemente, con la suscripción de la multidivisa los clientes verían como su cuota mensual a pagar era inferior que suscribiéndola en euros, a un tipo de interés teóricamente más alto y con perspectiva alcista a largo plazo. Sin embargo, la realidad era bien distinta, ni la previsión de los tipos de interés era alcista, ni la cláusula multidivisa hacía que asumiesen menos riesgo, todo lo contrario, se intercambiaba el riesgo de tipo de interés del Euribor por el riesgo de tipo de cambio que era mucho mayor.